Luego de nuestro comentario inicial sobre el LIF WEEK queríamos hacer una breve revisión de lo que este año nos ofrecieron los diseñadores; esta vez hemos tenido la oportunidad de asistir con nuestros colaboradores a todos los desfiles y nos impusimos la tarea de observarlo todo, y como ya habíamos adelantado, lo que vimos solo nos obligó a poner toda nuestra atención en la pasarela en muy pocas oportunidades.
Una pena las ausencias de Segio Dávila o Meche Correa, es evidente que ellos además de una dedicada atención a sus diseños no descuidan la parte comercial y, como ya habíamos comentado, se ha desestimado por completo ese aspecto tan importante. También se siente la ausencia de ideas más modernas, no solo de diseñadores más jóvenes sino de propuestas más globalizadas y de vanguardia, hubiera sido bueno ver qué nos podían ofrecer diseñadores tan distintos como Lucía Cuba, Amaro Casanova, Omar Valladolid o Levi Exaltación.
En cuanto a los que participaron, tenemos que decir que es necesario ser conscientes de que cuando un artista o creativo expone su trabajo al público, debe estar preparado para ser criticado, positiva o negativamente, y estas opiniones deben ser tomadas como lo que son, no como un ataque sino como una respuesta ante lo que se ha exhibido, perder los papeles como hemos visto en el caso de Gerardo Privat no puede tomarse como una actitud saludable, más allá de lo fuertes que puedan parecer los argumentos de Lorena Salmón tienen mucho de verdad y aunque no se puede negar que sigue siendo uno de los mejores diseñadores del medio, hemos notado que efectivamente le está poniendo demasiada energía a su imagen y su afán exagerado de protagonismo personal ha crecido tanto como ha disminuido la intensidad de su propuesta, algo evidente en sus últimas colecciones.
Una pena entonces que el LIF WEEK haya tenido más repercusión mediática por este problema que por lo que estaba ocurriendo en los desfiles, debido además a que muchos de ellos venían con propuestas muy conservadoras. Ani Álvarez Calderón, Sumy Kujon, Ana María Guiulfo, Claudia Jiménez y Fátima Arrieta son diseñadoras que con muy buen tino se han mantenido dentro de las preferencias de una selecta clientela desde hace un tiempo pero quizás sea por eso que no notamos en sus presentaciones la necesidad de salir de sus propios parámetros.
De Fátima Arrieta no vemos nada nuevo hace tiempo, ha dejado de evolucionar y eso hizo que su desfile fuera especialmente monótono. Ani Álvarez Calderón además de caer en lo mismo, inicio su presentación con una serie de imágenes en vídeo que incluían frases de Nelson Mandela sobre la libertad e ideales sobre la belleza que poco tenían que ver con su propuesta y nos pareció un desacierto relacionar estas ideas de una manera tan primaria (NELSON MANDELA = AFRICA), peor aún cuando en la segunda mitad de su desfile pudimos ver otra vez muchas de las formas que hace tiempo propone.
De Fátima Arrieta no vemos nada nuevo hace tiempo, ha dejado de evolucionar y eso hizo que su desfile fuera especialmente monótono. Ani Álvarez Calderón además de caer en lo mismo, inicio su presentación con una serie de imágenes en vídeo que incluían frases de Nelson Mandela sobre la libertad e ideales sobre la belleza que poco tenían que ver con su propuesta y nos pareció un desacierto relacionar estas ideas de una manera tan primaria (NELSON MANDELA = AFRICA), peor aún cuando en la segunda mitad de su desfile pudimos ver otra vez muchas de las formas que hace tiempo propone.
Del desfile de Jorge Luis Salinas no entendemos cuál puede ser el aporte, los trajes nos parecieron un ejercicio de complicación más que de detalle, las superficies eran complejas por repetición y no por técnica con lo que el resultado terminó siendo hasta tedioso debido a que todas las formas eran demasiado parecidas y nos hubiera gustado ver ese mismo trabajo en piezas más coherentes con su propio estilo.
Por el contrario Noe Bernacelli es un ejemplo de cómo se puede renovar una imagen clásica con una técnica que parece estar depurando más cada vez, la precisión de sus cortes es muy delicada y dan a sus trajes un movimiento que sabe acentuar con los bordados y la correcta manera de insertar las plumas y otros adornos. Acertada nos parece su forma de ver la alta costura.
En otro sentido e igualmente con un sesgo muy contemporáneo, las colecciones de Andrea Llosa y Edward Venero fueron las mejores, tanto en sus propuestas de moda como en la imagen general, ambos refrescaron la semana de desfiles; importante resulta el hecho de que los dos tienen como base una educación artística sólida y un punto de vista que les ha permitido llevar el traje mas allá, para usar la moda como una forma de transmitir sus ideas.
Andrea Llosa nos mostró una colección monocromática y urbana con una imagen potente y con un fuerte componente masculino debido a que algunas de sus formas, sueltas o estructuradas se alejaban del cuerpo generando cierta ambigüedad en la silueta, nos gustó mucho ver en la pasarela una propuesta y un estilismo independiente de las tendencias, que responde solo a las motivaciones que ocupan a la diseñadora, los bajos de las faldas con esa forma tan particular y el uso de las transparencias, que parecen gustarle mucho, estuvieron presentes para hacer que la colección tuviera una fuerte impronta personal.
Con su colorida propuesta Edward Venero nos volvió a cautivar, todo nos pareció correcto en su presentación; tras la estilizada imagen de este carnaval y de sus iconos había una propuesta de moda muy coherente con su estilo y con lo que nos ha mostrado antes, solo que evolucionando en la medida justa y con un carácter muy actual, nos gustó mucho esa elegancia informal que le da a sus diseños y la combinación de prendas y colores; la silueta que propuso se ha despegado ligeramente del cuerpo dándole un poco más de volumen y presentando un ideal de hombre que nos pareció más masculino y relajado.
Veamos qué pasa luego, mas allá de las opiniones que se generen en relación a lo que se vio en la semana de desfiles creemos que los diseñadores que han participado deben evaluar qué beneficios reales les trae presentarse en el LIF WEEK, cuántos de los asistentes son verdaderos agentes de una efectiva exposición o tienen la capacidad de generar oportunidades, no creemos que la sola presencia como marca justifique una inversión como ésta y no nos parece que el LIF WEEK cumpla con su función de plataforma del diseño nacional a cabalidad, se necesita una revisión urgente de sus objetivos, construir un perfil claro de los diseñadores que convoca y definir el concepto que se maneja de lo que es la moda en el Perú. Es así que nuestra mayor crítica recae, otra vez, sobre quienes organizan el evento, por ponerse cabe promoviendo demasiado las apariencias y la extravagancia de un pequeño público, que en su mayoría aspira solo a integrar un mundillo fashionista pero que no aporta nada a los diseñadores.
MEA