Fotografía: Lima Social Diary
En las últimas semanas hemos podido asistir a dos de los eventos más importantes dentro de lo que es el medio de la moda en el Perú, y luego de la respectiva revisión nos causa preocupación ver que las opiniones generales son tan tibias y poco objetivas.
Aquí hemos criticado en varias ocasiones la falta de una dirección clara, tanto entre los organizadores del LIF WEEK como entre los encargados de la sección de diseñadores y los desfiles del PERÚ MODA; ahora repetimos que en el primer caso no existen objetivos claros, ser solo una vitrina NO SIRVE, sobre todo cuando lo que más resalta ocurre fuera de las pasarelas. Esta vez la cantidad de gente advenediza y el descontrol de los exhibicionistas han sido lo más notorio; siendo los diseñadores y su trabajo lo que debería considerarse más trascendente hemos encontrado que el centro de atención fue la presencia de cualquier otro elemento, ejemplo es el de los Hot Bloggers de SAGA FALABELLA, cuya importancia es algo injustificado que solo se puede explicar por el rol de auspiciador del evento que tiene la tienda por departamentos. Algunos pueden haber destacado por mérito propio pero la mayoría de los que pertenecen a ese grupo salen sobrando como voces calificadas, debido a que las insípidas y sesgadas opiniones de sus blogs realmente no aportan nada que no sea su autopromoción.
La fanfarria de cócteles, lanzamientos y fiestas está bien si se va a celebrar, no solo la presentación de los desfiles sino también los logros comerciales de este esfuerzo, analizando bien las cosas es fácil darse cuenta de que en el tiempo de existencia del LIF WEEK, los diseñadores que participan no han logrado la expansión de sus negocios e incluso han perdido terreno, lo que hace evidente que el gran esfuerzo de pagar la presentación, hacer una colección y la gran inversión de tiempo y recursos que requiere participar no está siendo recuperada. No vemos ninguna voluntad de la organización por cubrir esos vacíos, es INÚTIL traer diseñadores o bloggers del extranjero para llamar la atención si no hay compradores corporativos o de retail para negociar la comercialización de estas colecciones, INÚTIL es presentar en la selección de “Nuevos Talentos” solo a diseñadores que pueden hacer la inversión de pagar su participación y presentan colecciones tan mediocres, y también es INÚTIL invertir en una infraestructura tan grande si solo reúne a cientos de personas que no aportan nada en respuesta a este esfuerzo.
Lo mismo pasa con PERÚ MODA en donde los organizadores de los desfiles realmente muestran muy poco criterio, conocer a los encargados de moda de PROMPERU es suficiente para darse cuenta de lo poco que conocen del tema y de los diseñadores que tenemos, ellos más que nadie deberían estar buscando a jóvenes con verdadero talento a los cuales promover en vez de seguir con la misma gente que NO evoluciona, que NO investiga y que NO presenta nada nuevo.
Este evento tiene una buena subvención para los que participan por lo que hay varios diseñadores que han encontrado ahí su única posibilidad de figurar, para eso, han logrado el apoyo de PROMPERU asumiendo la postura de representantes y promotores de nuestros valores culturales y “cooperan” con los grupos de artesanos y tejedores, pero en realidad se aprovechan de sus habilidades pues ellos no les hacen ningún aporte estético y mucho menos técnico, quisiéramos saber si al menos pagan por esos servicios. El diseño requiere ser producido y comercializado, debe renovarse y cambiar constantemente, colecciones que solo son exhibidas en un desfile y que luego se quedan guardadas NO SIRVEN. La mayoría de los diseñadores exhibe para luego recibir pedidos a medida y de esa forma difícilmente su nombre se convertirá en una verdadera marca.
Si estos eventos siguen sin tener resultados económicos concretos van a terminar desapareciendo, ya podemos notar los efectos de estas incongruencias cuando vemos a varios diseñadores nacionales cerrar sus espacios comerciales en un momento en el que las marcas internacionales están inundando el mercado. Hay que aprender a ver las cosas de manera objetiva, ser realistas y más asertivos al dirigir los esfuerzos para promover al diseño y a los creadores. Los que piensan que estamos en el camino correcto y que estos eventos “nos están posicionando en el mundo como exportadores de diseño” (palabras de un representante de PROMPERÚ) están viendo las cosas desde un ángulo bien obtuso, los que van a ver los desfiles y no tienen más que halagos para todo lo que ven aunque no les guste o no lo entiendan, NO están ayudando… Las consecuencias ya las estamos viendo.
MEA
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