domingo, 6 de enero de 2013

Comentario: PERSPECTIVA 2012



Queríamos presentar nuestro recuento del año 2012 pero antes pensamos que antes debíamos hacer un comentario sobre nuestra perspectiva y lo que consideramos son cuestiones de fondo.

En el 2012 la economía siguió creciendo y se nota que los negocios, los centros comerciales y, por lo tanto, los grandes almacenes, se multiplicaron generando una fiebre por el consumo que no habíamos visto antes; estamos entonces viviendo un buen momento para que el diseño se desarrolle pero parece que el balance no ha sido tan positivo para los que trabajan en este medio, las importaciones que hacen estos comercios para el consumo masivo nos traen una moda digerida que genera un sometimiento muy grande a las tendencias y los ecos de la globalización parecen afectar a muchos de los creadores que todavía no se atreven a investigar y a adoptar posturas contundentes para confrontar la avalancha de ideas que vienen desde el exterior con una identidad propia y auténtica que les dé acceso a este mercado que, por ahora, rinde beneficios casi exclusivamente a las empresas y firmas extranjeras.

El Perú tiene todos los elementos para convertirse en un epicentro del diseño, nuestra rica tradición textil y los recursos que están a nuestro alcance son factores fundamentales, pero el divorcio entre las partes que deberían estar involucradas en la tarea de afrontar este reto nos dice que ese momento todavía no está a nuestro alcance, hablamos aquí de un plan de desarrollo integral que debería nacer de una conciencia objetiva de lo que significa la moda como una industria ligada a lo cultural, a una serie de articulaciones entre educación – industria – estado y de los demás agentes que deberían intervenir en el florecimiento de una identidad de moda cuya única constante debería ser la de marcar su propia evolución conceptual, técnica y estética.

En el primer nivel no vemos aún la aparición de un centro de educación de diseño de modas que tenga un norte adecuado, uno donde se entienda que un diseñador no es un personaje estrafalario carente de conciencia de la realidad sino más bien un artista que utiliza su intelecto como fundamento de su actividad creativa y que esté técnicamente preparado para materializar sus ideas a nivel productivo con posibilidades de tener un impacto en su entorno.

El diseño tiene múltiples facetas, los diseñadores no solo deben prepararse para producir su marca de manera limitada o hacer vestidos de “alta costura”, deben estar preparados para resolver las necesidades de un mercado de trabajo que requiere soluciones prácticas y aplicables a una realidad industrial. No podemos esperar que la empresa privada integre en sus planes a diseñadores cuando su nivel profesional es tan escaso y entran a las empresas para aprender sus funciones sobre la marcha. Mientras la apuesta sería la de masificar las ideas, todavía preparamos diseñadores únicamente con propuestas orientadas a la exclusividad y la confección a medida, lo que no estaría mal si al menos pudieran conocer otras opciones y aplicaciones a su trabajo.

Como consecuencia, es más fácil para las empresas que quieren expandirse creando marcas, copiar o trabajar sobre las tendencias y utilizar el marketing para posicionar una etiqueta en vez de hacerlo con el desarrollo de una propuesta de diseño propia y trabajando con diseñadores en lugar de contratar solo desarrolladores; es por supuesto más práctico y por ahora seguramente más rentable.

Eso no va a cambiar si el Estado, como entidad promotora sigue brillando por su ausencia, es evidente que su intervención podría revertir esta situación, lo ha hecho con el sector confecciones que ha crecido en los últimos años, alentado por las políticas de promoción que los gobiernos han implementado en diferentes niveles, una muestra es el PERU MODA que, a parte de las críticas, ha servido para promover las exportaciones y el crecimiento del sector textil – confecciones posicionando al Perú como un productor de prendas de algodón y alpaca de buena calidad.

Si en este caso el trabajo de PROMPERU ha tenido cierta efectividad, sus esfuerzos en apoyar a los diseñadores han sido infructuosos, quizás porque las personas encargadas tienen una visión bastante limitada sobre lo que esto significa, apoyar el desarrollo de un diseño con identidad de país requiere que se trabaje con el colectivo de diseño en todos los niveles, es crear una conciencia de su importancia cultural y económica, de tener claro que la moda no puede funcionar bajo la fórmula de mirar solo al pasado sin ver cómo llevarla al futuro y de saber que el diseño existe cuando las ideas se producen y generan beneficios económicos, que los esfuerzos individuales no son suficientes, que la simple exposición no funciona y que debemos avanzar en bloque bajo ciertos lineamientos.

MEA

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