Este es el recuento más complicado y lo hacemos
luego de muchas revisiones, ya hemos señalado lo que consideramos lo mejor del
2015 y pensamos que también es bueno hablar de lo que no funciona como la única forma de evitarlo en el futuro, entonces esperamos que para eso sirva.
Hablando estrictamente de varios diseñadores,
nos da la impresión que la mala gestión de todos los agentes que estamos a su
alrededor influencia negativamente el manejo de su trabajo, si para algunos las
ideas están bien claras hay un buen numero que parece estar bastante confundido.
Ya hemos comentado en un post anterior que hay que ser realista y si la única
ventaja de presentar un desfile es la de lograr exposición mediática y ganar
prestigio, sería mejor hacer colecciones más pequeñas y centradas que
representen un buen balance entre lo creativo y lo comercial pero vemos que
muchos diseñadores trabajan tratando de llenar expectativas de un público que
no es el que les compra, la mayoría no vende lo que pone en la pasarela ni
siquiera a sus clientes, sino que dan servicios de confección a medida de
piezas que no tienen mucho que ver con sus propuestas, entonces no entendemos
porque invierten tanto dinero y esfuerzo en armar colecciones tan grandes,
dándole más importancia a la imagen que al buen diseño.
Ejemplo de esto en la última pasarela del año (LW
15.16) fueron los desfiles de Fátima Arrieta, que presento una cantidad
interminable de vestidos de novia que evidentemente había completado pidiéndole
piezas prestadas a sus clientas por lo que no podíamos ver un hilo conductor,
demasiadas proporciones distintas en la presentación pero pocos elementos que
rescatar, cortes muy básicos pero con gran cantidad de adornos, bordados y
aplicaciones para cubrir un trabajo de corte y confección sin ninguna propuesta
novedosa.
Lo mismo pasó con Ana María Guiulfo que mostró
una colección muy plana, ya sabemos que le encanta pintar las telas, la música
y el arte pero eso pasa a un segundo plano cuando la ejecución de las piezas es
tan pobre y la propuesta general tan deslucida.
Por otro lado si hablamos de la “Casa Privat”
la fantasía más notoria en su presentación fue esa en la que viven sus dueños
desde que se fundó la marca, el desfile a cargo de la hermana de Gerardo Privat
dejó mucho que desear, mal manejo de la composición y las proporciones, lo
mismo en la elección de materiales, el corte y la confección, para nosotros es
evidente que fue resultado del trabajo de alguien sin experiencia y que están
más preocupados en aparentar un lujo que no representan. Creemos entonces que es bien importante que
sepan que su marca no es una CASA, que las piezas y accesorios que producen no
han llegado a ser ICÓNICOS y que si realmente quieren que eso suceda, les falta
mucho por hacer y aprender.
Otro diseñador con muchos problemas técnicos es
Yirko Sivirich, en sus desfiles hemos notado que además del exceso y variedad de
referencias que toma de otros tantos diseñadores, es muy poco lo que está bien
construido, no sabe manejar los materiales que combina y hay muy poca precisión
en su trabajo de confección. Entallar no significa que solo hay que ajustar la
cintura en los costados o al centro de la espalda, hay que realinear las prendas
y tener cuidado con la simetría, el tipo de cuerpo y las proporciones que se
están proponiendo.
Si bien Noe Bernecelli supera a la mayoría de
diseñadores en cuestiones técnicas y de confección sigue por la pésima
dirección de trabajar imitando a otros, estamos seguros de que es perfectamente
capaz de entregar una propuesta personal
y aun así mantener a su clientela por lo que de verdad esperamos que empiece a
cambiar y se muestre más seguro de sus capacidades para diseñar.
Dicho esto nos parece increíble que sean tan
pocas las voces que critiquen seriamente todas estas deficiencias en la prensa
que cubre los eventos, que podemos decir de la mayoría de bloggers que a pesar
de ver lo problemas y de comentarlos entre los desfiles y dentro de sus
círculos de amigos, terminan escribiendo o haciendo notas siempre favorables
sin darse cuenta de que eso realmente no ayuda, a nadie le gusta que lo
critiquen pero estamos seguros de que un diseñador inteligente sacará más
provecho un comentario que le haga ver sus errores que de uno que solo lo
adule.
Por otro lado la COMISIÓN DE PROMOCIÓN DEL PERÚ
PARA LA EXPORTACIÓN Y EL TURISMO (PROMPERÚ) tiene una oficina con un
presupuesto asignado y personas designadas para planificar y proponer
estrategias que mejoren e incentiven la exportación de productos y servicios en
diversas áreas entre ellas la de la moda y los textiles, pero sus encargados
dirigidos por Igor Rojas realmente están mostrando muy poca capacidad para trazar
un eje conductor o formular plan de trabajo efectivo. A pesar de lo golpeado
que estuvo el sector confecciones el 2015, cometieron el gravísimo error de
postergar la fecha inicial programada para el PERUMODA, como sabemos las
invitaciones cursadas a los compradores ya se había enviado y ellos que
preparan sus agendas con mucha anticipación diluyeron su participación entre los
desfiles y la feria misma que se realizó en una fecha posterior. Este tipo de
desatenciones y errores no se pueden pasar por alto porque significan una gran
cantidad de dinero y posibles negocios perdidos pero sobre todo, restan
integridad a la imagen de un espacio que es de los pocos que tenemos en nuestro
medio.
Tampoco entendemos porque siguen apoyando a
diseñadores como José Miguel Valdivia, ellos son los únicos que lo promueven a pesar
de que nunca ha mostrado algo realmente notable a nivel técnico o de diseño. Trabaja
y se promociona apelando al hecho de ser becario y pasante de la Casa Saint
Laurent en Francia pero de eso no tenemos ninguna demostración tangible en sus
propuestas, su última colección “Fifty Shades of Blue” es una evidencia de lo que
decimos por la falta de criterio creativo. Un diseñador profesional que quiere
trabajar materiales que no conoce INVESTIGA, sobre todo en el caso del denim,
que presenta una gama altísima de posibilidades y tratamientos. Esta colección
en particular es tremendamente básica y carente de cualquier valor técnico o
conceptual interesante (lo del nombre lo
dice todo) pero aun así los señores de PROMPERU consideraron adecuado enviarla para
ser expuesta en el EXPO PERÚ que se realizó en Corea el último mes de setiembre,
nos preguntamos si no hay diseñadores que representen una mejor propuesta o que
a futuro tengan mejor proyección. Esta colección especifica es la peor que
hemos visto el 2015.
Lo más adecuado es que se empiece a hacer un
seguimiento serio al nuevo talento y buscar diseñadores que puedan desarrollar
una carrera creativa y comercial, las ayudas del estado por cualquier medio
deben servir para permitir que la gente con talento surja y eso de alguna
manera debe revertir no solo como imagen sino como futuros proyectos de
desarrollo comercial y económico. Sería bueno que en PROMPERU se evalúe si lo
que están haciendo en el caso del diseño funciona y si las ayudas que está
dando realmente son las más pertinentes.
Por lo menos los organizadores del LIF WEEK ya
dejaron claro que su intención es solo la de ser una vitrina, no nos parece lo
más adecuado y responsable pero su posición es clara, desde ese punto de vista
el evento cumple sus objetivos, garantizando la exposición mediática de los
participantes sobre todo por su asociación estratégica con el Grupo El
Comercio. Sin embargo pensamos que solamente serán un verdadero motor de la
moda si ayudan a sus diseñadores a convertirse en verdaderas empresas y creemos
que para ellos es perfectamente posible. Si para participar hay que pagar lo
menos que se puede esperar es que entre el público se dé espacio a verdaderos periodistas
de moda, compradores, editores, empresarios y promotores por lo que sería
indispensable, para empezar, que la presentación se alinee con el calendario
internacional, abrir las posibilidades de crecer dentro del mercado interno o de
exportar realmente nos podría poner en el camino correcto y a falta de
capacidad del estado de promover este tipo de planes el LIF WEEK debería convertirse
en esa plataforma.
MEA