Esa
es una pregunta que esta flotando por ahí y una inquietud que más de uno tiene,
sobre todo personas, que como yo, trabajan en el medio de la moda o el diseño y
sienten que algo no está muy claro.
Me
imagino que para responder a esta interrogante, primero deberíamos investigar
un poco a que se le llama un Fashion Week en otras ciudades del mundo, en donde
se realizan estos eventos, que características tienen, cuáles son sus
objetivos, cual es su importancia, trascendencia y que necesidades atienden,
quien los promueve y por qué.
Nada
de quemar neuronas, pues es suficiente
dar una mirada a wikipedia (así de simple!!) para tener una idea bastante clara
sobre el tema aun cuando uno sea neófito.
Básicamente y para empezar, las semanas de la moda (fashion weeks) en todo el
mundo son eventos semestrales: entre enero y abril se muestran las colecciones
de otoño/invierno, y entre agosto y noviembre las de primavera/verano. Las más
importantes son las de New York, Londres, Milan y Paris; en estos casos para el
otoño/ invierno el circuito empieza en New York en febrero y termina en Paris
en marzo, por otro lado para la primavera/verano el circuito se inicia en
Londres en setiembre y termina en Paris en octubre, esto tomando en cuenta que
las estaciones del año en el norte, son opuestas a las del hemisferio sur por
lo que se entiende que sus colecciones se preparan por lo menos con un año de
anticipación y se lanzan 6 meses antes de llegar a las tiendas.
Esto
con la finalidad de permitir que la prensa y los compradores
intermediarios puedan ver las colecciones de la siguiente temporada, para dar
tiempo a los minoristas de hacer ajustes a sus pedidos o incorporar a los
diseñadores en su comercialización, y por supuesto para
que la industria tenga el tiempo suficiente de traducir las tendencias que se
presentan a un público más grande.
Esto quiere decir que
la presentación de los desfiles, a parte de una poderosa herramienta de
marketing, son una fachada para un complejo sistema que tiene como
objetivo comercializar la producción de todas estas firmas y por supuesto ser
un canal de comunicación entre las mismas y sus mercados.
Por esta razón la
organización debe ser muy especializada porque al tener un costo alto, se
espera que todos los agentes que intervengan (diseñadores, marcas, prensa,
intermediarios, agencias, medios, etc.) sean idóneos, puedan contribuir a
lograr todos estos objetivos y se les escoge cuidadosamente, si bien las firmas y casas más
grandes pueden convertir sus desfiles en espectáculos mediáticos, con modelos, celebridades
y otros personajes que llamen la atención, las más pequeñas se concentraran en
hacer una selección de agentes que los ayuden a destacarse con el fin
consolidarse e ir ingresando al mercado.
Ahora
como estamos hablando de moda, el tema es que además estos eventos se
constituyen para mostrar lo nuevo y si existe una subvención de tipo económico,
es generalmente para promover la aparición de talentos que generen atracción y
que vayan refrescando el panorama. En una actividad donde lo nuevo es altamente
valorado, los diseñadores emergentes y los puntos de vista que reflejen las
tendencias más actuales representan un valor que impulsa el sistema, y por eso
hay desfiles pero además toda una serie de eventos oficiales y paralelos, que
dan cabida a otras puestas en vitrina, hablemos aquí de instalaciones,
presentaciones en tarima, performances, videos, concursos, etc.
Es claro que en el Perú el medio de la moda es incipiente, los diseñadores en
su mayoría no producen a nivel industrial, no están respaldados por fabricantes
y si bien el rubro textil representa un importante sector de la economía
peruana, el nombre de los diseñadores como marca, no tiene una presencia
significativa.
Por
eso me resulta difícil de entender que el estado a través de PROMPERU haya
decidido invertir en un evento como el LIF Week, que puede ser un esfuerzo
interesante y que habría que apoyar si es que se enmarcara en un plan para lograr
metas concretas pero que para empezar, y de acuerdo a lo enumerado con
anterioridad, no ha reunido las condiciones necesarias para constituirse en un
verdadero fashion week. Entiendo que al tener un sistema sin consolidar no
podemos pretender tener las colecciones 6 meses antes, digo esto porque en el
evento de abril se presentaron las propuestas del otoño/invierno inmediato,
pero además no se ha anunciado la realización de el LIF Week de
primavera/verano con lo que se rompe la primera cuestión tan importante de la
continuidad temporal, que es justamente el motor de esta industria.
Por
lo que he visto como participante en la feria, los desfiles no contaron con
otras actividades paralelas como ruedas de negocios o de prensa, en su mayoría
las invitaciones se repartieron al público en general y ni siquiera los
expositores de la feria o los asistentes extranjeros estuvieron invitados (es
decir los industriales, proveedores, compradores, representantes de empresas,
brokers, periodistas especializados, etc.) Esto por supuesto explica por qué un
esfuerzo como este, no ha generado un resultado trascendente y no lo va a
generar si se sigue insistiendo en producirlo tal cual se ha hecho.
Creo
que todos las personas vinculadas a la moda hemos asistido a una especie de
ilusión, porque pienso que es importantísimo contar con una organización como la
de un Fashion Week que genere un despegue real del diseño en el Perú, pero en
este caso ha sido más un espectáculo que una plataforma verdadera, se ha optado
por la pretensión antes que por la practicidad de organizar un evento más centrado
y específico, que a lo mejor hubiese reunido a una selección mayor de
diseñadores pero con un público que pudiese capitalizar el esfuerzo que les significa
prepararse para una presentación de este tipo.
No
son solo los organizadores son los que deben ser criticados, pues además a
falta de una prensa especializada, somos los bloggers, dedicados al tema de la
moda los que deberíamos tener un aporte crítico importante. Sin embargo nos
hemos deslumbrado y hemos sido poco objetivos.
PROMPERU
organiza el PERUMODA con el fin de generar negocios que promuevan la
exportación y de hecho en los últimos años el balance ha sido positivo, los
negocios y compromisos que se generaron se calculan en unos 80 millones de dólares
el 2011. Entonces preguntémonos si seguirá invirtiendo en el LIF Week si este
no reporta ganancias y no empieza a promover negocios. Preguntémonos si tal y
como se ha planteado, es una verdadera plataforma para los diseñadores. Preguntémonos
si es que de verdad existe un LIF Week.
MEA
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